Parece mentira que tengan tanta suerte estos incompetentes que supuestamente son incapaces de ver el ilegal lucro del compañero, cuando no son participes y cohabitan la avaricia que espolia a la ciudadanía. Su suerte, no es azar, es un sistema de clases escaladas en el que todos participamos y que les deja sobrevivir otra partida con tal de no cuestionar la injusticia en la que todo ciudadano nace. Vivimos rodeados de abundancia, pero por el momento solo socializan su ignorancia, desprecio y avaricia.
Nuestros vecinos les votan, compran sus diarios, ven sus televisiones, ríen sus gracias, envidian sus ganancias, lloran sus desgracias, aplauden sus falacias... Sin entender que vivir bien, no es vivir mejor que alguien, es vivir en paz y dignidad y para ello es necesario una comunidad escalada del vecino más cercano a la humanidad más englobada. Nacer en igualdad no es un capricho es una condición indispensable para hacer funcionar el sistema democrático. No estamos en igualdad de condiciones en múltiples aspectos, este, el de la capacidad de alegar ignorancia y seguir ejerciendo, es un ejemplo ilustrativo del disparo en la base de la democracia.
No es una moralina, ni un reproche, ni un mira yo que buena gente, es una reflexión en la calor del infierno que quiso ser paraíso en el siglo XXI. Si seguimos disparándonos en el pie será imposible caminar!